Alcé la vista bajo mi sombrero y contemplé el edificio quizá de unas treinta o cuarenta plantas. Observé la avenida un buen rato en mitad de aquella acera atestada hasta que clavé mi mirada en un taxi que se detenía.

Antes de poner un pie en el cemento salió una nube de humo de aquel taxi. Se puso su sombrero, hizo una breve visual, dio una última calada al cigarrillo y sacó su billetera. Dio algo de propina al taxista y se ajustó la corbata.

-Disculpe.

Era él. Don, el mismísimo Don Draper. Enseguida extendí mi mano.

– Admiro profundamente su trabajo, señor. – Y dijo -.

– ¿Creativo? Es nuevo en la ciudad. Don Draper. -Nos dimos la mano-.

– Podría decirse que sí. Encantado, José Luis Garcia. – Respondí -.

– ¡Una ciudad de comienzos duros para quien no conoce a nadie!

– Exacto. Quizá debería probar en Los Ángeles, tengo una amiga allí.

Esto le confundió.

– Y usted, ¿me conoce…? No importa. Tenga un buen día señor Garcia. – Y extendió su mano para despedirse -.

– Digamos que he oído sobre usted. Tranquilo no luché en Corea.

En ese momento su mirada se perdió en la inmensidad, totalmente absorto dio un paso atrás y entró en el edificio.

-Vengo a aprender ciertas cosas de usted, también a darle consejo – Le dije mientras se alejaba-.

-¡Don Draper no necesita consejos! – Y sonrió-.

-Hágame caso que sí. Tiene algunas cosas que mejorar, ¿sabe usted?, relaciones de pareja, el trato con los hijos, el alcohol…

-¿Pero qué…? Eh, me está importunando, ¡echa a este tipo de aquí!

E iban a echarme, ya me tenían agarrado cuando dije.

– ¡Yo tampoco sé que hago aquí! Hace unos minutos escribía un relato frente a mi ordenador y ahora estoy en Nueva York en los años 60. ¡Es 2022! ya no se fuma en lugares públicos, los televisores pueden colgarse de las paredes porque son pantallas planas, Coca-Cola sigue estando de moda, y estamos intentando llegar a Marte.

Fue entonces cuando sacó su brazo del ascensor antes de que se cerrara, se disculpó de quienes iban en él y con la mano, sonriente, me invitó a que entrara. Ya dentro, sin tornar el cuello, dijo:

– Así que Coca-Cola…¿De veras estamos a punto de llegar a Marte?

– Si bueno, hay un tipo que está gastando una fortuna pero últimamente sólo habla de criptomonedas y comparte memes.

-¿Memes?¿Criptomonedas?

-Memes son una especie de imágenes que alteran el pensamiento a través del humor.

-Interesante. ¿y cómo has dicho…? ¿Cripto…?

-Criptomonedas. Son monedas digitales. Todo el mundo habla de ello.

-¿Has usado tú…criptomonedas?

-No, pregunté personalmente a un corredor de bolsa, me dijo que es pura especulación.

– Sabrás que sucederá en el mercado. -Dijo sonriente -.

-Con las criptomonedas nadie lo sabe. Bueno siempre hay quien tiene conocimiento privilegiado, quizá alguien que viene de 2033 o algo así pueda decirte mejor que yo. – Reí – Y si, habrá varias crisis financieras hasta 2022. ¿Quieres que te diga que negocios serán rentables?

Draper sonrió, puso la mano en mi hombro y dijo.

– Justo hoy en 30 minutos venían a conocer nuestro nueva campaña los de…pero ¡qué diablos! Cuéntame todo y te contaré cuanto quieras. Cómo conseguí ser quien soy desde cero. Cómo es que me codeo con modelos y actrices, como cierro tratos con peces gordos, lo que quieras.

– Me parece bien. -Y el ascensor se abrió- .

-¡Aquí trabajo! Buenos días Peggy, te presento al… ¡hombre del futuro!, ¡Señor Garcia!

-Ya, otro creativo o dibujante más.

Reí y dije.

-Peggy, en serio, tienes muchísimo talento, no tienes que compararte ni con Draper ni con nadie. Además, él te dio la oportunidad de trabajar aquí, deberías mostrar más gratitud…- Me miró confundida -. Y… ¿sabes? diría que sientes inevitable atracción por él disfrazada de una desprecio latente. Estaré en el café de en frente en una hora, te veo cuando termine con Draper.

– ¡Hey Señor Garcia! – Rió Draper – Estos artistas…- Y continuamos recorriendo el pasillo

-¡Don! – Era Roger Sterling-.

– Esta noche he reservado una mesa en el… -Soy Roger. – Y sonriente extendió su mano. -¿Tenemos nuevo creativo? – Preguntó.

– Luego te cuento, Roger. Adelante. Diles que salí a llevar a Sally.

José Luís García, 9 de febrero de 2022.

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